EcoGuilty: “Estoy harta de oír hablar de reciclar”
Porque llevar un estilo de vida sostenible no solo consiste en cumplir con la regla de las ‘tres erres’, sobre la cuál Carmen Horcajada, conocida popularmente en redes sociales como EcoGuilty, tiene su propia opinión. También pasa por adaptar y adquirir nuevos hábitos de rutina, que quizá no sean los más económicamente viables (hoy en día), pero que -desde luego- son la única opción posible.
Y para ello, esta ingeniera aeroespacial nos lanza una pregunta que invita a la reflexión: ¿Cuántas plantas sabemos diferenciar? ¡Muy pocas! Pues bien, con esta cuestión sobre la mesa, la misma Carmen nos argumenta lo difícil que es querer contribuir en proyectos “eco” con el desconocimiento que existe sobre el medioambiente.
- ¿Cómo nace EcoGuilty?
EcoGuilty nace del aburrimiento, de sentir que necesitaba hacer algo más con mi vida. Y al mismo tiempo, nace de darme cuenta de que la mayoría de la gente no es consciente de lo sencillo que puede ser vivir una vida más sostenible. Así que pensé que podía “predicar con el ejemplo”.
- ¿Quién está detrás de este proyecto?
Detrás estoy yo, Carmen, con 28 años ya… y me gusta presentarme como alguien que no tiene estudios relacionados con la sostenibilidad o el medioambiente. Yo estudié ingeniería aeroespacial, y tampoco trabajo ni he trabajado en nada relacionado con la sostenibilidad o el medioambiente; trabajo en el sector aeroespacial. Esto me parece importante porque a veces pensamos que solo un ambientólogo puede saber cómo cuidar el medioambiente y es mentira: todos podemos aprender.
- ¿Por qué ‘la sostenibilidad’ como centro de todo?
Porque no hay otra opción. Estamos viviendo un momento de cambio en el que las cosas (las personas, los negocios, los productos, los servicios…) o son sostenibles o no van a poder ser. Si viviéramos en un mundo de recursos infinitos en el que no pasara nada por generar residuos o por emitir gases de efecto invernadero a la atmósfera la sostenibilidad, daría igual. Pero no vivimos en un mundo así.
- ¿Cómo es tu día a día? ¿Dónde vemos el lado eco de Carmen?
Mi día a día es como el de la mayoría de la gente, un rollo. Pero siempre hay cositas “eco”. Por ejemplo, siempre voy al trabajo en autobús, no consumo productos de origen animal (no soy vegana, pero en mi día a día me alimento de esta forma). A la hora de vestirme, lo más normal es incluir, por lo menos, una prenda de segunda mano o de alguna marca sostenible. También utilizo cosmética sólida o ‘made in Spain’. Y paso muchas muchas muchas horas en Internet tanto divulgando como aprendiendo de otras cuentas.
- ¿En qué momento (anécdota) descubriste que tu voz/vida podía ser ejemplo para otras personas?
Cuando una amiga me pasó un video de una youtuber de maquillaje que me encanta, Ratolina, hablando de cómo llevar una vida más “eco”. A ver, el vídeo no estaba mal, pero cuando lo vi pensé que yo podía hacerlo mucho mejor. Mucho mejor desde el punto de vista de llevar una vida verdaderamente más sostenible.
- ¿Quiénes fueron tus referentes/ tus fuentes?
Sin duda aquí tengo que decir que Gittemary Johansen, una youtuber danesa que es lo que a mí me gustaría ser de mayor (bueno, de mayor, creo que tenemos la misma edad). Me encanta su forma de comunicar, siempre con información fiable, sin culpabilizar a nadie… y además me parece muy entretenida. Pero también tengo que nombrar otros creadores como Jon Kareaga, que me inspira a atreverme a ser más crítica con la industria de la moda en las redes; a Shelbizlee, una youtuber americana de Zero Waste; y un montón de documentales y webs, como Our World in data o la web del IPCC, que te dan acceso completamente gratis a un montón de información fiable.
- ¿Qué papel jugó la educación en esa inquietud?
Creo que siempre he sido una persona con curiosidad y ganas de aprender, es algo innato en mí. La educación que yo he recibido a través del sistema educativo español, desde el colegio hasta la universidad, quitando casos muy contados, en vez de avivar esas inquietudes, las apagaba: se estudiaba para pasar exámenes, no por aprender y enriquecerse.
Yo no pude ser consciente de que tenía estas inquietudes, o no a un nivel tan profundo, hasta que empecé con EcoGuilty. Si lo hubiera descubierto en la adolescencia habría podido enfocar mi carrera profesional de una forma muy diferente. Pero la educación en España no despierta la curiosidad de los chavales, las ganas de aprender, el pensamiento crítico… no despierta nada.
- ¿Cómo crees que ha evolucionado la concienciación medioambiental en las aulas?
Mi opinión de cuñada, porque no tengo ni idea de cómo se está abordando este tema hoy en día. Creo que la mayoría de los profesores que se estén metiendo en este berenjenal no lo estarán haciendo bien. Te dirán que memorices la definición de cambio climático, una lista de sus causas, una lista de sus consecuencias y no creo que vayan mucho más allá. Por supuesto, seguro que hay profesionales de la educación que lo abordan de formas mucho más efectivas.
- ¿Qué sería lo siguiente? ¿Qué es necesario ver en las escuelas?
Yo creo que otro tipo de asignaturas. Sin desmerecer a las mates o a la historia, creo que estamos desconectados de muchas cosas que eran muy básicas hace unas décadas, simplemente porque ya no se estudian. Por ejemplo, no sabemos cultivar alimentos, no sabemos coser, no sabemos cocinar…
Hay una especie de meme por internet que es muy claro. En la primera imagen te salen logos de marcas super famosas y te preguntan que cuántos sabes nombrar, y te los sabes todos. En la segunda imagen hay hojas de distintas plantas y te preguntan qué cuántas sabes identificar, y ninguna. ¿Quién sabe hoy en día los nombres de las plantas? ¿o de los pájaros? Nadie. Pero todos sabemos el logo de Nike, que series hay en Netflix o cuál ha sido la última canción de Bad Bunny.
- ¿Te has leído el libro de Isabel Jiménez ‘Y tú, ¿qué harías para salvar el planeta?’?
No.
- En este libro, la periodista nos habla de la educación medioambiental como asignatura obligatoria en los colegios. ¿Por dónde crees tú que se debería empezar?
Si me dejaran a mí montar el chiringuito, empezaría con los más pequeños, generándoles una conexión más fuerte con el medio ambiente: salidas al campo, a un parque a conocer su flora, conocer distintos animales (más allá del gato, la vaca y el león, etc).
Porque vuelvo a lo mismo, crecemos muy desconectados del medio natural. Si se consigue restaurar esa conexión, más adelante puedes empezar a hablarles de los problemas que tiene el medioambiente y empatizarán, harán esos problemas suyos y querrán esforzarse por resolverlos. Sin esa conexión, como te decía, se aprenderán la definición de cambio climático y la escupirán en el examen.
- En casa, ¿qué más podemos hacer además de reciclar?
Reducir, reducir y reducir. Estoy harta de oír hablar de reciclar, y esto no significa que no separemos nuestros residuos en casa para ayudar al sistema de reciclaje. Pero el reciclaje no es una solución, es una consecuencia.
En las últimas décadas, hemos generado muchísimos residuos, cada vez más. Y ahí hay un montón de materiales que pueden ser materia prima para muchas actividades, materia prima barata además. ¿Qué empresario no querría invertir en eso? El reciclaje no existe por cuidar el medioambiente, existe porque es rentable económicamente.
En casa lo mejor que podemos hacer para ayudar en esta crisis de residuos es acercarnos a una vida Zero Waste, en la medida que sea posible para nosotros. Reducir y reutilizar están muy por delante de reciclar.
- Respecto a este tema, y algo que nos demuestra que aún hay mucha gente sin querer ser consciente de esta realidad: ¿Cuántas veces te han dicho que “ellos” (cualquiera) no reciclan porque luego todo va al mismo contenedor?
Muchas. Pero últimamente me están diciendo más que no separan los residuos porque para eso cobran los empleados de las plantas de reciclaje.
- Valorando este ejemplo, ¿cuánto nos queda por avanzar?
Es un ejemplo muy bueno de la falta de conocimiento de la población. Que la gente piense eso del reciclaje es porque no se explica cómo funciona el sistema del reciclaje en España. Nadie te lo cuenta. ¿Quién se ha leído la ley de Envases y Residuos de Envases del 97? Yo, porque quiero estar informada y ya. Es más, ¿quién sabe que existe esa ley y que en ella se explica cómo se va a organizar el reciclaje en España? Nadie.
Y como este ejemplo, podemos sacar otros miles. Durante mucho tiempo no ha interesado que la población fuera consciente del impacto medioambiental o social de sus decisiones. Pero quiero pensar que eso está cambiando.
- Poniendo el enfoque de nuevo en el organismo central: además de en las escuelas, ¿Dónde debe invertir el gobierno?
En sanidad, pues parece que se nos han olvidado ya los aplausos a las 8 de la tarde. Y ahí siguen todos, con unas condiciones vergonzosas.
Pero volviendo al tema que nos ocupa, más que en qué invertir, yo les diría en qué dejar de hacerlo: vamos a ahorrar dinero. El dinero que se le da a las aerolíneas para que no quiten trayectos que no son rentables; el dinero que se le da en ayudas a la ganadería, especialmente a la intensiva, que hace que de repente todos podamos comprar ternera cuando hace unas décadas era imposible; el dinero que se le da a la industria petrolera, las inversiones en armamento (que me tocan de cerca por mi trabajo) ¡A ver si así me mueven a uno que me guste más…!
- ¿Cuál es el siguiente paso? ¿Qué camino se debe tomar?
Tomarnos en serio la agenda 2030. Todos. Gobiernos, empresas, individuos. La comunidad científica lleva 30 años alertando. Esta es la última década que tenemos para que las consecuencias no sean catastróficas; aunque ya estamos viviendo episodios que telita: la sequía en Europa, las inundaciones de Pakistán, Filomena en Madrid… Hagamos caso de una vez a los científicos, que por algo lo son.
- ¿Qué falla en nuestro sistema, en esta sociedad?
El pensar en crecer y crecer, en tener cada día más. Y ese pensamiento lo tenemos la mayoría de las personas, no es solo cosa del malvado empresario capitalista. Hace 100 años podíamos “permitirnos” pensar así, ahora ya no. Necesitamos un cambio muy profundo en la mentalidad de la sociedad actual y no sé si es posible. Quizás el querer más sea algo intrínseco al ser humano.
- A título personal, ¿Qué proyectos/ iniciativas sostenibles tienes en un futuro cercano para seguir apostando por una vida ‘eco’?
Voy a empezar a dar charlas presenciales cada mes en una cafetería de la Latina, Crypto Café, en las que hablaremos de cómo ser más sostenibles en nuestro día a día sin morir en el intento y, sobre todo, adaptado a cada uno de nosotros. Porque esto es importante entenderlo, cada cual tiene un estilo de vida, un poder adquisitivo, un tiempo libre, unos gustos… La vida sostenible también tiene que serlo en el tiempo; si nos frustra porque no está adaptada a nosotros, mal vamos.
- ¿Cómo te ves o te gustaría ver en un futuro?
Mi cuento de la lechera ahora mismo es, en unos años, cogerme una excedencia para probar a dedicarme íntegramente a la divulgación a través de EcoGuilty. No me refiero solo a través de Instagram, que es la plataforma por la que me conoce la mayoría de la gente. Sino también a través de YouTube que me encanta como herramienta de divulgación, talleres y charlas presenciales como las que ya voy empezando a dar. Y quién sabe, quizás escribir un libro…
También me encantaría seguir conociendo gente y proyectos como los que he tenido la suerte de conocer gracias a EcoGuilty: darme cuenta de que no estoy sola en esto y ser parte de una comunidad cada vez más grande.
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