La disgeusia o cómo el sentido del gusto puede llegar a alterarse
Por razones que pueden ser de lo más variadas y complicadas como estar pasando por un cáncer, padecer alguna alteración neurológica o el simple hecho de haberse contagiado de COVID, el sentido del gusto puede verse alterado y a esa anomalía se le llama disgeusia.
Hablamos de disgeusia cuando una persona sufre un trastorno que afecta gravemente al funcionamiento del sentido del gusto. La persona sufre toda una alteración a la hora de percibir los sabores, ya sean bebidas o comidas sólidas.
El sentido del gusto es primordial para el mantenimiento de la salud y para el propio bienestar psico-social de la persona. Esta anomalía en el gusto puede ir desde una pérdida completa del sentido hasta distintos niveles de deterioro del sabor de un alimento, provocando que las personas lo capten en su boca con mayor o menor intensidad, o que se lleguen a distorsionar todos los sabores de los alimentos que se consuman catalogándolos o percibiéndolos simplemente como agrios o amargos.
Síntomas de la disgeusia
Las personas que sufren de disgeusia tienen una serie de síntomas que pueden ser signos de alerta a la hora de su diagnóstico: el mal sabor de boca constante, una sensación de dolor o ardor, especialmente en la lengua, o cualquier tipo de alteración.
En cuanto al mal sabor de boca no implica sólo el período de nada más levantarse o el hecho de consumir un alimento con un sabor para nada agradable, sino que es una sensación que se percibe de manera constante. Si se habla de un extraño dolor o ardor en la zona de la lengua, claro está siempre que no haya una causa que ocasione esta sensación, puede llegar a ser otro de los síntomas. A lo que se sumaría aquellos momentos en los que se deja de percibir correctamente aquello que se está comiendo o con la debida intensidad con la que se debería notar.
¿Qué tipos de disgeusia existen? Depende de la percepción del gusto
Si el término ‘disgeusia’ ya era posiblemente poco conocido entre la población, lo que la mayoría de la gente puede desconocer es que existen varios tipos de disgeusia en relación con el grado de alteración que la persona esté sufriendo:
- Parageusia: orientado para todas aquellas personas que pueden llegar a confundir los sabores, como serían los famosos dulces y salados.
- Fantogeusia: este tipo de disgeusia consiste en que existe una constante sensación de amargor a la hora de ingerir los diferentes alimentos. Esto puede pasar tanto para los alimentos sólidos como con los líquidos. La situación puede complicarse en la fantogeusia, porque los afectados tienden a perder el interés en comer, provocando así la aparición de los desórdenes alimenticios.
- Ageusia: para el paciente supone un gran problema, ya que implica la pérdida completa del sentido del gusto con todo lo que eso conlleva y puede llegar a ocasionar.
- Hipogeusia: en este caso concreto lo que sucede es que los sabores de los alimentos se captan mínimamente, es decir, con menor intensidad.
- Hipergeusia: si uno de los tipos era perder el sentido del gusto – hipogeusia-, esta rama de la disgeusia es en realidad lo contrario, puesto que el paciente siente de manera muy intensa cada uno de los sabores.
Aunque no se llegue a entender del todo el origen, las principales causas de esta alteración del gusto no son de origen neurológico, por lo que existen otros factores que pueden condicionar en su aparición.
Los pacientes oncológicos, los más afectados
Muchas son las causas por las que este tipo de anomalía o trastorno puede llegar a aparecer, aunque en la mayoría de los casos tiene su origen en algún problema o enfermedad neurológica que el paciente puede estar padeciendo como la existencia de un tumor, problemas en el sistema nervioso, psicosis u otras enfermedades relacionadas.
En el caso de los pacientes con cáncer, los cambios en la percepción del gusto suelen ser una condición que surge de manera temporal y que se logra normalizar cierto tiempo después de finalizar el tratamiento; aunque a veces puede suceder que dicha aversión pueda mantenerse.
Los distintos tratamientos oncológicos como pueden ser la quimioterapia o la radioterapia tienen consecuencias y pueden llegar a desembocar en efectos secundarios para el cuerpo, y uno de ellos es la aparición de un sabor a metal en la boca. El tratamiento de radioterapia puede llegar a afectar a las células relacionadas con el sentido del gusto, ya que éstas pueden llegar a ser de lo más sensibles a la radiación. También están relacionados con esta anomalía algunos de los fármacos que se utilizan en quimioterapia.
Aunque pueda parecer una enfermedad que no supone muchos problemas y de menor gravedad, en realidad puede llegar a afectar mucho a las personas… ¡imagina no poder disfrutar de todos los alimentos!
Comer durante el cáncer
Algunos pacientes oncológicos tienen la sensación de tener alterado el gusto durante su tratamiento. Los principales cambios en el sabor para dichos pacientes se encuentran en notar los alimentos demasiado dulces, muy amargos o con un tinte metalizado.
Los alimentos que más pueden alterar su sabor en caso de estar recibiendo tratamientos oncológicos son la carne y el pescado, por lo que estos pacientes suelen consumir dichos productos con distintas salsas o condimentos. Uno de los sabores que más suele aparecer es el metálico, el cual puede enmascararse con cítricos como la naranja o el limón e incluso el kiwi. Otra de las opciones más socorridas suele ser el uso de potenciadores del sabor.
Otros factores causantes de la disgeusia
No sólo los tratamientos oncológicos o los problemas neurológicos pueden ser la causa de la aparición de la disgeusia, sino que hay otros factores que pueden potenciarlo y que sin duda, son un inconveniente añadido a toda la situación que pueda estar pasando el paciente en ese momento.
La ingesta de algunos medicamentos puede suponer para algunos de los pacientes la alteración del sentido del gusto al igual que determinados síndromes que están ligados a provocar que el paciente deje de producir saliva. Cabe recordar que la saliva tiene una gran cantidad de funciones tan importantes como controlar la microbiota oral, ayudar a cicatrizar, facilitar la digestión o simplemente ejercer de limpiadora.
El consumo de tabaco en exceso es otro de los factores que suponen la aparición de la disgeusia, puesto que el simple hecho de fumar deposita una serie de toxinas y de nicotina en la boca que afectan no sólo en el surgimiento de esta anomalía, sino en numerosos problemas de salud a nivel general.
También una incorrecta o escasa alimentación puede llegar a provocar disgeusia, ya que la ausencia de elementos nutricionales de vital importancia puede causar graves alteraciones en el sentido del gusto; de ahí la necesidad de mantener una dieta sana y equilibrada acorde a nuestro organismo.
Pérdida de peso y desnutrición, daños colaterales de la disgeusia
Estas alteraciones del sentido del gusto pueden contribuir a la aparición de otros efectos secundarios como pueden ser una constante pérdida de peso o una situación de desnutrición.
En el caso de pacientes oncológicos, las distintas modificaciones que se puedan hacer en la dieta durante el tratamiento pueden ayudar a la prevención de la pérdida de peso. Algunas de las recomendaciones más comunes son:
- Condimentos suaves.
- Alimentos fríos o como mucho que estén templados.
- Evitar el consumo de carne roja, sustituyéndola por otros alimentos que aporten el mismo nivel de proteínas.
- La posibilidad de probar con otros sabores.
El factor psico-social en pacientes con disgeusia
Las personas que sufren este trastorno del sentido del gusto pueden verse afectadas no sólo a nivel físico sino también en el plano psicológico y social. La disgeusia, al afectar a la alimentación e incluso a las actividades más básicas, puede provocar otra serie de consecuencias que no se ven a simple vista pero que condicionan la vida diaria del paciente.
Este tipo de alteraciones pueden causar que el paciente se aísle y considere que la mejor manera de pasar desapercibido es evitando el contacto social. También puede agravarse la situación y llegar a provocar un caso de depresión como consecuencia de todas las dificultades y complicaciones que supone la disgeusia para el paciente.
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