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Misión Villarrazo: Volver a cultivar el refranero español

En abril, aguas mil. Más vale pájaro en mano que cientos volando. No hay mal que por bien no venga. Perro ladrador, poco mordedor. Todos los caminos llevan a Roma. El mundo es un pañuelo. Se cree el ladrón que todos son de su condición. Y así podríamos seguir todo este post porque…si hay algo que todos conocemos, memorizamos y repetimos sin “estudiar”, esos son los refranes. Chascarrillos de rima asonante y consonante que siempre guardan un mensaje, una enseñanza, una moraleja para nuestro día a día. ¡Pura sabiduría popular! 

Según la Real Academia Española (RAE), un refrán (del francés ‘refrain’) es un “dicho agudo y sentencioso de uso común”. ¿Pero lo sigue siendo? Estas frases a modo de moraleja iban pasando de generación en generación, era parte del legado de los abuelos a sus nietos. Pero de un tiempo a esta parte hemos dejado de escucharlos en nuestras calles, en nuestras conversaciones cotidianas. ¿Ha cambiado nuestra forma de expresarnos? ¿Tendrá que ver algo la evolución del lenguaje? ¿O es que los refranes se consideran “rurales”?

Para responder a esta última cuestión nos hemos redirigido al libro Refranes Populares de María Gómez Camacho: “España ha sido un país eminentemente agrícola y ganadero hasta hace unas décadas. Por eso, el refranero es rico en refranes dedicados al campo, la agricultura, el ganado, fenómenos atmosféricos, productos que nos ofrece el campo, etc”. 

Este análisis podría darnos una visión de porqué cada vez se usan menos estos dichos. Y es que el sector primario ya no es tan popular en nuestro país. Pero no solo eso. Porque en algunas regiones del centro, sí que sigue siendo el pilar fundamental de muchas familias. Este libro, que recopila los refranes por orden alfabético y también según los meses del año, nos desvela otro punto que también podría influir en el desuso de estos chascarrillos. Según Gómez Camacho, el cambio climático sería un factor crucial a la hora de no entender a día de hoy, tal cual, los refranes, porque “muchos no corresponden con los tiempos actuales”. Y de la misma forma, la irrupción de la tecnología en estos oficios ha cambiado, irremediablemente, la forma de entender la mejora de los productos y los ciclos de cultivo. 

El futuro del refranero

Pero aún queda algo de esperanza. Como bien indica María Gómez, “un refranero nunca llega a terminarse, pues siempre habrá personas capaces de incorporar nuevos”. Y es que si la vida cambia, los refranes también, Ella hace alusión al ingenio de la gente, capaz de hacer humor de cada vivincia. Y ese será nuestro mayor tesoro. No obstante, para entender el presente y prepararse para el futuro, hay que conocer el pasado. 

Así que desde hoy, Villarrazo inaugura una nueva sección “Misión: Volver a cultivar el refranero español” para que no caigan en el olvido esos dichos populares que nos enseñan y nos recuerdan de dónde venimos. 

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