Los chiringuitos son para el verano: los 10 restaurantes de playa a los que siempre desearás volver
“Tengo gambas, tengo chopitos, tengo croquetas, tengo jamón”... Así rezaba, hace algunos años, uno de los anuncios más exitosos de la ONCE en televisión. Un spot lanzado con motivo de su sorteo extraordinario en el que un camarero de un chiringuito “typycal spanish” cantaba a sus clientes que en su carta tenía “de to”. No hace falta ser un experto en marketing y publicidad para saber que aquel fue uno de los mejores jingles de la historia de España. Porque si algo hay arraigado a nuestro ADN es la cultura del chiringuito.
En el diccionario de la RAE, la definición de chiringuito es “Quiosco o puesto de bebidas al aire libre”. Pero no. Los veraneantes y expertos chiringuiteros de todos los rincones de España sabemos bien que un chiringuito es mucho más que un lugar donde comer al aire libre. Para el equipo de Villarrazo Madrid, -expertos desde hace décadas en las artes y costumbres del “chiringuiteo”- un chiringuito es…
- Un espacio junto al mar en el que nos encanta sentarnos a tomar -no una, sino varias- cervezas bien frías o tintos de verano fresquitos… o saltarnos la dieta y zamparnos una de calamares a la romana o apretarnos una ración de paella XXL hasta reventar del gusto -o del dolor de barriga-.
- Un lugar en el que nos da igual si el bikini o el bañador nos aprieta y vamos marcando michelines. Porque todos lucimos igual de indignos con chanclas de goma, con los pelos húmedos pegados al cráneo cual perrete post-chapuzón marítimo, con la piel encroquetada gracias a los restos de arena que nunca somos capaces de eliminar del todo… Sentados en una de esas sillas de plástico de Carrefour.. O acomodados en asientos promocionales patrocinados por alguna marca cervecera. Qué más da. El chiringuito no distingue entre clases sociales. Nos iguala. ¡Todos a una como Fuenteovejuna! Las tonterías las dejamos en casa. Allí se va de buen rollito. Y punto. Birra en mano y a vivir, que son dos días.
- Un restaurante donde hacemos de ese pareo que nos regalan cada verano en las revistas de moda la prenda más chic del verano. Un lugar donde a las mujeres no nos importa que se nos marque la celulitis. Primero, porque… “a quién le importa, si aquí no me conoce nadie”. Segundo, porque… “al lado de esa abuelita regordeta que pela gambas a la velocidad del sonido, yo parezco Naomi Campbell”.
Sí. Esas son algunas de las cosas maravillosas que nos suceden en los chiringuitos. Placer a raudales. Placer de comer. Placer de beber. Placer de compartir. Placer de lucir bronceado surfero. Placer de llevar el último modelo de gafas Ray-Ban y lucirlas a juego con el sombrero de cinco euros que hemos comprado a un vendedor ambulante “in the middle of the beach”. Así. Sin más. Porque la playa nos libera. Y porque, sin lugar a dudas, es en el chiringuito es donde alcanzamos el nirvana vacacional.
Porque no hay vacaciones que se precien sin visitar un chiringuito. Y porque somos fans y defensores del sector “chiringutil”100% Made in Spain, en esta lista os proponemos algunos de los mejores chiringuitos del país. Al menos son los chiringuitos a los que siempre os apetecerá volver. Tomad buena nota.
#1 Hotel W Barcelona Salt restaurante & Beach Club: ambiente cool en el hotel con más diseño de la ciudad condal
La lujosa cadena hostelera W cuenta con un espectacular hotel en Barcelona. Se trata del W Barcelona, también conocido como hotel vela por la silueta del edificio, inspirado en la vela de los barcos.
Este complejo, diseñado por el arquitecto Ricardo Bofill, dispone de 473 habitaciones y varios espacios gastronómicos encabezados por los mejores chefs del país.
También cuenta con un beach club en el que la gente guapa de BCN alterna entre hamburguesas de autor y cócteles molones a pie de playa.
Si hay un chiringuito top en España, ése es el del hotel W. Ideal para sofocar los rigores estivales a golpe de mojito mientras los DJ más de moda del país pinchan los hits del momento y hacen sentir al personal que son lo más de lo más… Suena tentador, ¿no?
#2 El pez limón: un chiringuito desenfadado con música en directo
El pueblo de Zahara de los Atunes cuenta con un chiringuito bien conocido más allá de las tierras gaditanas. Es El Pez Limón. Un chiringuito convencional. Al menos en lo que a aspecto se refiere: una cabaña de madera con una zona cubierta por toldos y pérgolas.
Sin embargo, lo que hace singular a este espacio es su programa de conciertos. Quienes van a Cádiz todos los veranos saben que El Pez Limón ofrece una de las mejores programaciones de actuaciones musicales de la Costa de la Luz. Dicen los conocerdores quedicha programación es incluso mejor que la de muchas salas cerradas.
El chiringuito de Eloy Sánchez-Gijón (hermano de la bella actriz Aitana) también gusta por su ambiente informal. Es como estar entre colegas.
La gente se lleva sus sillas de playa o se sienta en la arena. Allí compran la bebida si quieren. Otros se llevan la nevera. Toda una ventaja para los que anden cortos de presupuesto y no quieran renunciar a los espectáculos que ofrecen los habituales de la casa.
El Gran Wyoming, Pablo Carbonell, o el mismísimo crack del flamenco fusión -ex componente de Pata Negra- Raimundo Amador han pisado los escenarios de El Pez limón. No es poca cosa.
#3 “Bitácora”, terraza de lujo y copas premium en la playa de Santa Cristina
Situado en la ría que baña la playa coruñesa de Santa Cristina, Bitácora es un sitio imprescindible para disfrutar del verano si visitas A Coruña.
El local, con una espectacular terraza climatizada, está especializado en desayunos, aperitivos, cócteles y copas premium.
Aquí es posible disfrutar de un buen café por la mañana, o de un aperitivo antes de comer… Al caer la tarde, resulta tentador degustar sus combinados y cócteles, elaborados con los mejores destilados nacionales e internacionales.
Sus inmejorables vistas -se ve el mar desde todos los rincones del establecimiento- lo convierten en un sitio recomendable que a nadie deja indiferente.
#4 “El bigotes”, el rey de los chiringuitos en Ibiza
Imposible ir a Ibiza y no visitar este lugar. El chiringuito El Bigotes, en la paradisiaca Cala Mastella, es un “must” para quien viaje a la isla Pitiusa.
Fundado hace cuatro décadas por Juan Ferrer, aquí se sirve, entre otros muchos platos típicos de la cocina balear, el bullit de peix. Un exquisito caldero en el que se cuecen -y enriquecen- diversos pescados de roca troceados en grandes porciones: cabrachos, pez San Pedro, gallinetas… Todo riquísimo.
Eso sí. Hay que ir con reserva. Si no, no comes. Es lo que tiene Evissa. “It’s a wonderland”, decía la canción de Sandy Marton. Y se nota. Gente a tutiplen = no se puede improvisar.
#5 “O Quinito”, tortilla casera y sardinas a la plancha en Arteixo
En el corazón de la Costa da Morte, en A Coruña, frente a la playa de Barrañán, se encuentra O Quinito. Es el chiringuito más famoso de Arteixo no solo por sus excelentes vistas a la playa. También lo es por sus sardinas y el sabor casero de su tortilla de patata.
Dicen que Sandra Ortega -la hija de Amancio Ortega-, fundador de Zara, es fiel clienta de la casa. No en vano, la sede coruñesa del gigante Inditex se encuentra a menos de 2 kilómetros de distancia del restaurante.
Cuentan también que la infanta Elena visitó el chiringuito en el año 2009, con motivo de su visita al torneo internacional de Hípica de Casas Novas que se celebra cada año en el municipio. La visita, además de real, ha resultado muy rentable para la casa.
# 6 “La playa de Luanco”, el brunch también está de moda en Asturias
La playa Luanco, en Asturias, es un destino perfecto para disfrutar de unas merecidas vacaciones. En ella encontramos el chiringuito La PLaya Luanco, un espacio decorado con sillas industriales, mesas de diseño, vajillas de loza y mobiliario de aire retro.
Un lugar a medio camino entre lo vintage y lo marinero en el que es posible degustar los platos típicos del periodo estival: ensaladas, arroces, mariscos y pescados.
En este chiringuito también se ofrecen brunchs (“dícese de la costumbre americana de mezclar los conceptos de “breakfast” -desayuno- y “lunch” -almuerzo-” y que en España cuenta cada vez más con mayor número de adeptos). Una manera divertida de disfrutar de un desayuno tardío o un almuerzo tempranero con platos dulces y salados.
En su terraza chill out, los más cool del lugar pueden pedirse unas cañas o disfrutar de cócteles de diseño y estupenda presentación… Ideales para practicar el postureo en Instagram o Facebook.
#7 El Tintero II, espetos y camareros cantarines en el chiringuito más singular de Málaga
Quien vaya de vacaciones a Málaga no puede dejar de visitar El Tintero II. Este chiringuito no es el mejor de la ciudad, pero sí es el más curioso. Aquí, los platos salen a subasta.
No hay carta. No hay menú. Los camareros salen de la cocina cantando las especialidades que portan en sus brazos: “¡Tengo calamares”, “Tengo gambón de Huelva!”, “¡Espetitos malagueños, quién quiere espetitos malagueños”… Y los comensales, atraídos por la buena pinta de los platos, practican eso de “comer con los ojos”. Levantan sus manos y llaman a los camareros: “¡Aquí una de calamares, por favor!“
Comer en El Tintero II es un espectáculo digno de ser visto y disfrutado. El mecanismo es simple: oferta y demanda. ¿Que te gusta lo que ves? Lo pides. La especialidad de la casa son los espetos, los chanquetes, la concha fina, los calamares.
Y, a la hora de pagar, es sistema es igual de sencillo. Todos los platos tienen el mismo precio. Con lo cual, a la hora de pagar la factura, el camarero solo tiene que contar los platos y la bebida… y en un minuto te saca la factura.
Tampoco hay que llamar a los camareros cuando toca pedir la cuenta. Porque hay camareros especializados en ello. Es fácil reconocerlos. Recorren las instalaciones al grito de “¡Yo cobro!”.
Hasta le ponen sentido del humor a la cosa: “¡A mí no me queréis ni ver, pero yo cobro!“. Málaga en estado puro.
#8 Casa de la Playa, chiringuito con excepcionales vistas en Lanzarote
Se come muy bien. Y las vistas son excepcionales. El chiringuito Casa de la Playa, frente a la playa de La Garita, en Lanzarote, es un restaurante a pie de mar en el que es posible disfrutar de deliciosos platos. Paellas, pescados a la plancha, almejas al vapor, mariscos…
En la carta también abundan los platos típicos, como la lapa, la morena frita, las sardinas frescas fritas o el pulpo a la plancha. Todo ello sin olvidar las clásicas papas canarias, acompañadas de sus correspondientes mojos (rojo o verde).
Un dato importante. Aquí vienen no solo los turistas. Todas las semanas llegan vecinos y visitantes de las islas. Señal inequívoca de que el establecimiento reúne todos los atractivos para ser visitado.
#9 Sajorami, mojitos refrescantes y buen rollo en Zahora
Sajorami Beach, en Caños de Meca, es realmente recomendable. Este complejo rural de rollito hippie-chic abanderado del buen rollito vacacional cuenta con cabañas y restaurante a pie de playa, con vistas del Faro de Trafalgar.
La especialidad de la casa es la cocina mediterránea, en especial los arroces. Aunque el atractivo del lugar no radica únicamente en sus platos. El entorno resulta tan inspirador que es difícil encontrar vacío el establecimiento en horas de comidas y cenas.
Quienes huyen de las multitudes prefieren visitar este chiringuito después de una jornada de playa. Allí ven la puesta de sol, toman un mojito y hasta bailan reggaeton al ritmo de la música en directo que, cada noche, se ofrece en el local.
#10 Blue Marlin, lujo, derroche y poderío en el chiringuito más VIP de Ibiza
Vanguardista, lujoso, exclusivo. Así es el Blue Marlin de Ibiza, un chiringuito estratosférico en Ibiza. Tan de lujo es que hasta las tumbonas son piezas exclusivas, pensadas para el relax y el placer.
Las tumbonas del Blue Marlin, -cuyo precio por pieza es es de 51.300 euros-, llevan por nombre “Simba”. Cuentan con un ajuste motorizado para reclinar el asiento y función de rotación de 360 grados, apoyo para la cabeza y un cargador de teléfono solar -no vaya a ser que nos enfrentemos a la estresante situación de quedarnos sin batería en el IPhone-. Y ofrecen otras interesantes prestaciones: punto de acceso WiFi , enfriadores de bebidas y una sombrilla motorizada que permite cambiar de sol a sombra en segundos y sin esfuerzo.
Si vas solo, no tendrás que preocuparte por pedir a nadie que te eche cremita. Las tumbonas del Blue Marlin rocían un aerosol facial con aloe vera, agua de rosas y bambú, con SPF 50. Para qué pedir a nadie que nos sobe la espalda teniendo este inventazo.
Y solo hemos hablado de las tumbonas. Imaginaos los cócteles, la música electrónica, los dj’s dándolo todo de día y de noche… En fin. El lugar con el que siempre soñó Pocholo Martínez-Bordiú. El paraíso de miles de Paris Hilton anónimas del mundo. Si Alfonso de Hohenlohe levantara la cabeza… enloquecería con este chiringuito. El dios y señor de la marcha marbellí nunca imaginó las posibilidades infinitas que ofrece el chiringuiteo de lux.
Todo un despliegue de medios solo apto para bolsillos bien empapelados y cuentas bancarias VIP. Quizás en otra vida hagamos una visita… De momento, preferimos sitios más de andar por casa.
Si después de esta extensa recomendación, seguís pensando que un chiringuito es un sitio cutre, os recordamos que El Bulli, el espacio gastronómico en el que Ferran Adriá desarrolló todo su potencial creativo y se convirtió en líder de la gastronomía internacional, dio sus primeros pasos como chiringuito para los veraneantes de Cala Montjoi, en Rosas (Gerona). Benditos chiringuitos. Que dios los guarde en su gloria.
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